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Día Mundial de la Salud Mental: La función preventiva de la orientación vocacional

Imagen tomada de unsplash

Hoy 10 de octubre se celebra el día mundial de la Salud Mental.

En los últimos años y, especialmente posterior a la pandemia del Covid-19, se ha oído hablar mucho sobre la salud mental, pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de salud mental y por qué desde Beyond Education queremos traer este tema a la reflexión?

La OMS define “la salud mental como un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente y contribuir a la mejora de su comunidad”.

Partiendo de esta definición entendemos que desde Beyond Education ejercemos una función preventiva de la salud mental, al orientar a nuestros jóvenes en relación a su recorrido académico y su futuro profesional/ocupacional. Nuestro fin último es el de favorecer el bienestar y el sano desarrollo de los chicos y chicas a quienes acompañamos a desarrollar su potencial e integrarse en la sociedad como individuos capaces de aportar para mejorar su comunidad. 

Función preventiva de la orientación vocacional

La orientación vocacional invita a los jóvenes a conocerse, identificar sus aptitudes, fortalezas y áreas a desarrollar y, brinda un espacio de reflexión, para pensar de la mano de un profesional, sobre sus conflictos, deseos, sueños, intereses, sobre el entorno en que se está inmerso y, finalmente, para pensar sobre el proyecto vital. 

Pero, también este proceso nos permite identificar la existencia de signos de alarma, aspectos emocionales, psicológicos o  dificultades intelectuales que se encuentran interfiriendo o podrían interferir en el futuro en el funcionamiento del chico o chica, por lo que recomendamos que sean atendidos por especialistas.

La orientación vocacional invita a apropiarse de la construcción del proyecto de vida

En los tiempos actuales donde las exigencias para estas nuevas generaciones son grandes y la velocidad de cambio es cada vez mayor, es difícil encontrar el tiempo y el espacio para pararse y pensar sobre quiénes somos, qué queremos y hacia dónde vamos. Encontramos con más frecuencia de la que nos gustaría chicos y chicas que parecen funcionar en automático, esperando a que se les indique el camino a seguir y, en algunos casos incluso mostrando cierta apatía y desinterés. Nos preocupa ver perdida la vitalidad característica de estas edades y la posibilidad de soñar con mundos distintos. 

Por ello, nos entusiasma pensar que a través de estos procesos vocacionales podamos ayudar a que los chicos retomen la ilusión y se vean capaces de desarrollar una versión de sí mismos que les sea propia, les genere satisfacción y desde la que puedan aportar a la sociedad. 

La orientación vocacional suele realizarse durante la adolescencia, momento en el que se produce una crisis vital por la cantidad de cambios que se suceden. Durante esta etapa la pregunta suele centrarse en el HACER. Se pide al joven que elija, no obstante es frecuente que no haya la información interna (conocimiento de sí mismo), ni externa (conocimiento del mundo laboral y académico) que facilite dicha elección. Entonces ¿cómo podemos ayudar?

  • Empecemos por la pregunta ¿quién soy?

En Beyond Education nos gusta entender el proceso de orientación como una posibilidad a conectar con el SER y desde allí ir hacia al HACER. También entendemos este proceso vocacional como una forma de invitar a los jóvenes a hacerse preguntas fundamentales que les ayuden a conocerse y a dirigirse hacia una vida con sentido y propósito que se traducirá en la posibilidad de construir un proyecto académico/profesional y alcanzar un grado de satisfacción personal durante la adultez. 

La familia como aliado del proceso

Por último, pero no menos importante, creemos que incluir a la familia en este proceso vocacional es significativo para el joven que está construyéndose y empieza a mostrarse como alguien diferente. La apertura de estos espacios en los que pensar y discutir el diseño del proyecto académico/profesional con los padres, ayuda (1) a los padres a realizar su tarea de acompañamiento y (2) permite al chico o a la chica escuchar y ser escuchado desde un nuevo lugar, un lugar que ya no corresponde al de un niño y desde el que empieza a tomar forma un adulto. 

Finalmente, buscamos que este estudiante que inició un proceso para descubrir su vocación, lo finalice pudiendo verse como un joven capaz, que podrá elegir un camino profesional propio a partir del conocimiento de sí mismo y de su entorno. Sabemos que de esta manera, este camino, aunque requiera de algunos giros, podrá ser enfrentado y generará bienestar. 

La salud mental debemos cuidarla desde muchos aspectos, el conocimiento de sí mismo y la construcción de un proyecto vital, son algunos de ellos. 

Si quieres saber más sobre este proceso de orientación contáctanos